La innovación tecnológica es fundamental para que las empresas y organizaciones puedan aumentar su productividad al tiempo que dan prioridad al estado de la naturaleza.
En el contexto agrícola, el uso de la tecnología es todavía más necesario, y puede alcanzarse a través de determinadas herramientas denominadas tecnologías sostenibles.
Indagar sobre estas aplicaciones tecnológicas permite llegar a cumplir con objetivos globales de sostenibilidad, como la producción y el consumo responsables.
Además de alinearse con los objetivos globales, estas tecnologías tienen la capacidad de incrementar la productividad de los cultivos a raíz de los beneficios que generan para los mismos.
¿En qué consisten las tecnologías sostenibles?
Las tecnologías sostenibles son aplicaciones modernas que buscan combinar el desarrollo económico y social de las civilizaciones con soluciones que disminuyan el impacto medioambiental. También son llamadas ecotecnologías.
En la producción agrícola, las tecnologías sostenibles contribuyen a mejorar los ecosistemas de cultivo, al mismo tiempo que aumentan la productividad y hacen más rentables las actividades de los agricultores.
Estas tecnologías limpias son aliadas de la agricultura sostenible y actúan como mediadoras naturales entre la sociedad y el medio ambiente.
Ejemplos de tecnologías sostenibles
Para lograr un desarrollo sostenible, la ciencia ha pensado una serie de tecnologías capaces de impulsar los índices de producción de las empresas y lograr que contribuyan a un mundo más limpio.
Aplicaciones como la red 5G, la inteligencia artificial y los sistemas de inteligencia empresarial actúan como guía de las corporaciones para que éstas puedan tomar decisiones más precisas en relación a la generación de resultados y la sostenibilidad.
Esto no es diferente en el sector agrícola y hay muchos tipos de ecotecnologías que se pueden utilizar, tales como:
- Uso de energías renovables: la electricidad en la agricultura es indispensable, debido a que permite llevar a cabo diferentes actividades agrícolas, como el funcionamiento de la maquinaria, los sistemas de riego automatizados, entre otros.
- Sistemas agrovoltaicos: es decir el uso de la tierra para producir energía, se encargan de cubrir la demanda energética de estas actividades, y se pueden implementar de una forma más sostenible, como por ejemplo a través de:
-Energía eólica, que consiste en el uso de aerogeneradores en los cultivos y es una forma de generar electricidad más limpia a partir de la fuerza del viento, sin perjudicar la zona sembrada, ya que ocupan espacio vertical.
-Energía solar: son sistemas instalados en zonas abiertas. De esta forma, los paneles fotovoltaicos tienen como objetivo transformar la energía solar en electricidad para utilizarla en los cultivos, especialmente para abastecer los sistemas de riego y bombeo de agua.
-Energía de la biomasa: es la conversión energética de residuos agrícolas, como paja, bagazo y estiércol, para generar energía sostenible. Esta conversión se hace a través de biodigestores y es ideal para reutilizar recursos que antes se habrían desechado.
¿Qué tecnologías se utilizan para la conservación del suelo?
Las técnicas de conservación del suelo son fundamentales para la salud de los cultivos y, combinadas con tecnologías limpias, pueden alentar a generar un contexto más sostenible en la agricultura.
Además de técnicas culturales como la siembra directa y la rotación de cultivos, el Sistema de Información Geográfica (SIG) es una herramienta excelente para conservar el suelo y hacerlo más fértil.
El SIG es un sistema de localización espacial que genera datos estadísticos sobre las distintas zonas del cultivo, brindando información relevante sobre las diferentes áreas de la plantación.
Mediante un software agrícola, el SIG procesa estos datos e indica en qué zonas del cultivo, el suelo se encuentra en un estado más crítico. Con estos datos generados por una ecotecnología, es posible seleccionar soluciones agrícolas de forma más asertiva y hacer que la tierra sea más sana y productiva.
En resumen, éstas son algunas de las innovaciones tecnológicas que muchos productores ya implementan en sus campos. De todas formas, para concretar esta inserción, se necesita el interés del agricultor en invertir en estos dispositivos y la capacitación permanente para estar actualizado con las últimas novedades.