Expertos analizaron una producción agrícola amigable con el medio ambiente que ofrezca cultivos más resistentes y de calidad. En Argentina, la empresa Agro Sustentable acompaña a agricultores que elijan este recorrido.

Agro Sustentable, ubicada en el Polo Industrial de Misiones es presidida por Joaquín Basanta y se encarga de asesorar a los productores rurales comprometidos con el cuidado del ambiente. Basanta sostiene que la empresa mantiene esa perspectiva y desde ese lugar alienta el uso de insumos naturales y de tecnologías que permitan obtener producciones rentables, sin descuidar los espacios naturales.
Basanta explicó que Agro Sustentable trabaja con insumos como BIOINSECT y BIOFERT que colaboran con el desarrollo de los cultivos, como así también, la aplicación de estos productos a través del uso de drones con IA.
La tecnología que está disponible hoy sirve para conectar al productor con su campo y que pueda estar al tanto de las condiciones de sus campos y cultivos. Con un panorama más claro, el agricultor puede tomar decisiones más certeras.
Seguridad alimentaria: los expertos ponen el foco en una producción orgánica
En regiones como Brasil, Argentina o Uruguay se observa un crecimiento en el uso de las tierras para producir cultivos agrícolas. Lo lastimoso es que la mayoría de estos mecanismos están atravesados por prácticas que generan consecuencias en el medio ambiente.
Más allá de que existan proyectos que alienten al uso de prácticas más sostenibles, hay muchas prácticas convencionales que ocupan la rutina de muchos establecimientos productivos.
La idea es debatir, cuestionar algunas acciones y avanzar hacia nuevas formas que marquen la diferencia y que puedan estar más cerca de un modelo agrícola sostenible. Muchos especialistas afirman que el cambio debe ser integral, es decir desde la producción hasta el consumo de los alimentos.
La agroecología como ciencia se basa en principios que valoran y promueven la conservación de los elementos naturales como puede ser el agua o el suelo, al mismo tiempo que alientan el uso de productos naturales para el aporte de nutrientes en los terrenos y cultivos. Estas prácticas desencadenan la producción de plantas más resistentes y que puedan enfrentar consecuencias o situaciones adversas, muchas veces provenientes de los cambios en el clima.
Asegurar los alimentos de una sociedad está relacionado con la producción de plantas de calidad, que contengan una menor dependencia de insumos contaminantes y una mejor gestión de los recursos de la naturaleza.
Valorar una producción diversificada es necesario para satisfacer las necesidades de los mercados locales y poder tener presencia en mercados de otros países.
El acompañamiento de políticas y proyectos que alienten estos mecanismos de producción contribuyen a que sean concretados con mayor facilidad y apuntar también a los pequeños establecimientos.
Los centros de investigación necesitan recursos para aumentar las investigaciones que permitan mejorar la calidad y cantidad de productos en modelos más variados que cuenten con el desarrollo de prácticas sostenibles.
Por lo general, los medianos y grandes agricultores que desarrollan modelos dependientes de las tecnologías, requieren de un cierto tiempo para poder adaptar sus establecimientos y poder llevar a cabo producciones alineadas con el cuidado ambiental.
De todos modos, los expertos sostienen que a pesar de los esfuerzos estos mecanismos siguen estando atravesados por la producción de un solo cultivo, con una alta dependencia de insumos biológicos que no cuentan con procesos integrales.
Sustituir los insumos por productos naturales es una de las formas de transformar los mecanismos tradicionales de producción por procesos sostenibles que puedan generar cultivos de mejor calidad.
En muchos territorios productivos, los cambios tardan en llegar y necesitan de mayores cambios para poder acercarse a los principios de sostenibilidad y generar efectos positivos en el ambiente y en la sociedad donde se llevan a cabo.
Actividades como las exportaciones siguen generando un importante consumo de energía y provocando severas consecuencias en el ambiente y alejando el contexto apropiado para el crecimiento de cultivos que puedan satisfacer las demandas y cumplir con la seguridad alimentaria y el desarrollo rural del lugar en cuestión.
Los especialistas sostienen que términos como productividad o servicios ambientales, siguen generando incomodidad en los actores involucrados y requieren una nueva perspectiva que los redefina. Quizás esto suceda porque la forma de enfocar los sistemas productivos ha estado determinada por actores que comparten una visión ambiental, social y económica y no abre el juego a nuevas miradas sobre el tema.
Retomando el trabajo de Agro Sustentable en Argentina, Basanta asegura que el enfoque de la agricultura del futuro debe estar en el uso de insumos naturales y de tecnologías que permitan brindar mejores cultivos y alimentos en el mercado.