Con el aumento de población, es necesario pensar en nuevas políticas e iniciativas que fomenten la producción agrícola sustentable, mejorando la cadena mundial de alimentos para reducir las pérdidas de productos y al mismo tiempo, garantizar que todos los ciudadanos tengan derecho al acceso de alimentos nutritivos.
¿Qué acciones se implementan para lograr una seguridad alimentaria?
Dentro de algunas líneas de acción, en una de las últimas Conferencias de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, dirigentes mundiales reafirmaron el derecho de toda persona a disponer de alimentos nutritivos y aptos para el consumo. Tal normativa está basada en el derecho a una alimentación adecuada y a no padecer hambre.
En dicho evento, el desafío presentado fue ‘Hambre Cero’ y alcanzó a autoridades gubernamentales, de la sociedad civil, comunidades religiosas, el sector privado y las instituciones de investigación para que juntos puedan derribar las peores maneras de malnutrición.
¿De qué forma se puede garantizar la seguridad alimentaria?
La Conferencia de las Naciones Unidas ha dispuesto fundamentalmente otorgar:
- Que las personas tengan acceso a alimentos adecuados.
- Que todos los sistemas alimentarios sean sostenibles.
- Incrementar la productividad e ingresos de los pequeños agricultores.
- Eliminar las pérdidas o el desperdicio de alimentos.
¿Qué beneficios aporta la seguridad alimentaria?
El desarrollo y la producción sostenible contribuye a:
· Mejorar la nutrición y promover la agricultura sostenible.
· El empoderamiento de los pequeños agricultores.
· La promoción de la igualdad de género.
· La eliminación de la pobreza rural.
· La promoción de estilos de vida saludables.
· La lucha contra el cambio climático.
¿Qué comprende una buena alimentación?
Una nutrición adecuada, presenta también otras dimensiones esenciales como la disponibilidad de micronutrientes y la ingesta de dietas saludables. La falta de micronutrientes entre las madres y los lactantes pueden tener repercusiones en el desarrollo a largo plazo. Las dietas y los estilos de vida poco saludables están vinculados con la creciente incidencia de las enfermedades no transmisibles, tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo.
Se debe asegurar una nutrición adecuada durante los 1.000 días críticos que van desde el inicio del embarazo hasta el segundo año de vida del niño.
El Movimiento para el Fomento de la Nutrición (SUN), ha logrado importantes progresos en la incorporación de acciones que conectan la nutrición con la agricultura, el agua limpia, el saneamiento, la educación, el empleo, la protección social y la atención de la salud.
La pobreza extrema y el hambre son situaciones que se registran con más frecuencia en zonas rurales. En ese sentido, los pequeños agricultores y sus familias representan un importante porcentaje de personas que viven en la pobreza y pasan hambre. Por lo tanto, la eliminación de la pobreza y el hambre son factores ligados al incremento de la producción de alimentos, la productividad agrícola y los ingresos económicos.
¿Cómo influye la producción agrícola en la seguridad alimentaria?
Los sistemas agrícolas deben ser más productivos y tener menos desperdicios. Para lograr esto, es necesario aplicar buenas prácticas agrícolas y sistemas alimentarios sostenibles, desde una perspectiva holística e integrada, que alcanza tanto la producción como el consumo.
Teniendo en cuenta que la tierra, los suelos sanos y el agua son recursos claves para la producción de alimentos que están en peligro de escasez, es muy importante utilizarlos y gestionarlos de forma sostenible.
Para lograr una buena gestión es necesario:
· Aumentar el rendimiento de las tierras agrícolas y la restauración de suelos degradados mediante prácticas agrícolas sostenibles.
· Aliviar la presión de la tala de bosques para la producción.
· Implementar una correcta distribución del agua frente a los escasos recursos hídricos. Con dicha acción, se mejorarían las tecnologías de riego, almacenamiento y el desarrollo de nuevas variedades de cultivos resistentes a la sequía, para poder mantener la productividad en zonas secas.
· Detener e invertir la degradación de las tierras para satisfacer las futuras necesidades alimentarias. Los posibles beneficios de la restauración de las tierras en pro de la seguridad alimentaria y la mitigación del cambio climático son fundamentales. De todos modos, también se reconoce que el conocimiento científico sobre los factores que impulsan la desertificación, la degradación de las tierras y la sequía todavía está avanzando. En esa línea, existen muchas herramientas tradicionales que tienen los productores y que, junto a tendencias e investigaciones científicas, pueden enriquecer los sistemas alimentarios productivos. El camino es desarrollar una gestión racional y sostenible del suelo, la tierra, el agua, los nutrientes, las plagas y la aplicación de fertilizantes orgánicos.
Es por esto que, teniendo en cuenta los cambios en las temperaturas, las precipitaciones y las plagas asociados al cambio climático, se promueve a la comunidad mundial a aumentar la inversión en investigación, desarrollo y demostración de tecnologías para mejorar el desarrollo de los sistemas alimentarios. El poder para enfrentar los fenómenos naturales que surjan, será clave para evitar la insuficiencia alimentaria en un futuro y garantizar la seguridad alimentaria y la calidad nutricional.