Cómo progresan las familias agrícolas en la comercialización de sus productos

En la actualidad las familias agrícolas constituyen un actor fundamental del agro en
Argentina. Los datos y cifras del sector. Cómo están organizadas y los casos que
inspiran para continuar el progreso.

Las familias agrícolas son un actor clave para el sector del agro en la Argentina. Por
cierto, en toda la región de Latinoamérica este modelo de producción es clave y en el
ámbito local también tiene una presencia relevante.

A propósito, el Banco Interamericano de Desarrollo, más conocido como BID, en un
informe publicado en junio de 2004 se expresa al respecto. En este sentido, el
organismo ubica a las familias agrícolas en un lugar destacado.

Según el BID las tres cuartas partes de los productores de alimentos del país son
familias agrícolas. Más aún, estos grupos son responsables de la mitad de los cultivos
de consumo interno. Además, tienen un volumen de exportaciones superior a los 10
millones de dólares.

En contraposición, la entidad remarca que estos clanes necesitan más apoyo ya que,
muchas veces, enfrentan desafíos por los cuales requieren contención. Para reforzar
esta teoría, el banco destaca los siguientes datos respecto a su relevancia:

  • Poseen el 18 por ciento de las tierras sembradas
  • Generan el 27 por ciento del total de los alimentos
  • La mitad de los productos que consumen los argentinos son cultivados por
    familias agrícolas

En este contexto vale preguntarse ¿Cómo se organizan las familias agrícolas
argentinas? ¿Qué rol juegan en relación a la producción orgánica? ¿Qué casos son
realmente inspiradores para seguir adelante su camino de empoderamiento?

Qué es la mesa agroalimentaria

Las familias agrícolas distribuidas a lo largo y a lo ancho de toda la Argentina están
organizadas en la llamada Mesa Agroalimentaria Argentina. Este espacio de diálogo
está conformado por la Unión de Trabajadores de la Tierra y distintas federaciones
como Somos la Tierra, entre otras.

Uno de los temas de la agenda de las familias agrícolas nucleadas en este ámbito es la
producción agroecológica. Para ello, se establecieron sistemas de unificación de
criterios para obtener las certificaciones correspondientes.

Cabe destacar que, en Argentina, para que un producto sea considerado orgánico debe
obtener las acreditaciones que establecen las normativas vigentes. Para ello, deben
demostrar cumplimientos de requisitos mediante las entidades certificadoras
autorizadas.

Esta iniciativa es relativamente reciente y data del segundo semestre del año 2024.
Para formalizar la propuesta la Mesa Alimentaria Argentina instaló la figura del
Sistema Participativo de Garantías para que cada familia pueda ingresar a y vehiculizar
su acceso a las validaciones.

Todos estos procedimientos, no solo se centrarán en la calidad productiva y las
formalidades para obtener credenciales. También hay contemplada una política de
cuidados y seguimientos para los trabajadores de las familias agrícolas.

Para dar soporte en la producción de cultivos libres de agrotóxicos se involucró el
Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar del INTA.
Sin dudas, la importancia de la tecnología y la ciencia para el progreso de las familias
agrícolas es fundamental.

El membrillo, un caso de éxito de las familias agrícolas

La producción de membrillo en Argentina es mérito de las familias agrícolas. Según el
último Censo Nacional Agropecuario que en el país hay 2300 hectáreas de
membrillares. Esto representa menos del 1 por ciento del total de las superficies
frutales.

Las tres provincias que principalmente producen membrillo son Mendoza, San Juan y
Catamarca, en ese orden. Este último caso se destaca por su progreso y crecimiento.
Sucede que en las últimas 3 décadas la zona tuvo un crecimiento de producción de
membrillo del 190 por ciento siendo Andalgalá la región más importante.

Entre las variables fundamentales que se suscitaron para que este progreso se
destaque estuvieron el posicionamiento del fruto en el mercado. Esto implica su valor
agregado y su precio comercial. Junto con el bajo valor de costos, todo favoreció a la
extensión de la superficie de membrillares.

Por otra parte, las buenas prácticas agroecológicas contribuyeron a ubicar a los
membrillos en un mejor lugar en el mercado frutihortícola. Los procesos de producción más eficientes y amigables con el ambiente favorecieron tanto.

Más del autor

El presente de las inversiones para la agricultura orgánica en América Latina 

Argentina es el tercer país del mundo productor de alimentos orgánicos