Agricultura sustentable: de qué se trata la economía circular

Especialistas en sostenibilidad de todo el mundo hablan de economía circular. De dónde surgió esta idea y cuáles son los principales beneficios que ya se pueden constatar en relación a su aplicación. 

La economía circular es un concepto que hoy es tendencia en todo el planeta. Si bien tiene un contexto amplio que refiere a muchísimas cuestiones de la vida social también es pertinente a la agricultura. 

Por cierto, especialistas en agro sustentabilidad refieren a los beneficios de incorporar esta cultura al trabajo del sector por su enorme cantidad de beneficios. Se trata de ventajas tanto para sus protagonistas como para toda la comunidad. 

Pero ¿De qué se trata la economía circular? En principio, hay que mencionar un modelo de producción que se enfrenta a los tradicionales. Esta nueva concepción invita a la reutilización de la mayor cantidad de recursos posibles. 

Cuando esto se traslada a la naturaleza, por supuesto, implica una reducción significativa del impacto en el ambiente. 

Entre sus puntos de aplicación más destacados para la producción de cultivos se encuentra el uso de energías limpias, la preservación de la biodiversidad en los territorios y la gestión eficiente de residuos. También se incluye el reemplazo de insumos por biodegradables y el cuidado de todas las especies.  

La economía circular tiene una historia con mucho recorrido hasta el presente. Desde hace más de 40 años pioneros y pioneras de este paradigma amplifican la necesidad de un mundo más sostenible. 

Los orígenes de la economía circular

La economía circular comenzó a existir como pensamiento en la década de 1980. Ya en esa época empezó a generar discrepancias la propuesta del sistema tradicional en cuanto a usar y descartar sin conciencia. 

Fue entonces que apareció el lema de las siete palabras que comienzan con R:

  • Reciclar
  • Reutilizar
  • Recuperar
  • Reducir
  • Reparar 
  • Renovar
  • Rediseñar 

Toda esta lógica aplicada a la agricultura tiene como resultado un formato sostenible. El sentido principal es volver optimizar los recursos al máximo para obtener más ganancias. 

Mientras tanto, y en el mismo proceso, los métodos se convierten en buenas prácticas de cara al cuidado del medio ambiente. 

Un ejemplo claro de economía circular es el re aprovechamiento de los residuos a los cuales se les pueda dar un destino fructífero. Del mismo modo, reducir la cantidad de materias primas y extender la vida útil de los recursos e insumos forma parte del mismo mecanismo. 

Hoy en día Argentina también incorpora la noción de bioeconomía que, en este caso, sería como la economía circular pero potenciada. La definición consiste en una forma de producción de cultivos eficiente, sustentable y de buen rendimiento en el mercado. 

Otro principio es el de la agroecología, un fundamento muy ligado a la soberanía alimentaria. Bajo este marco se fomenta la conexión entre consumidores y productores, pero sin intermediarios. Se apunta a agilizar la cadena de traslado con la menor cantidad de eslabones posibles, reducir costos y mantener los cultivos lo más cerca del estado de pureza.  

Siempre y en todos los casos la economía circular para la agricultura se apoya en la tecnología. Gracias a los desarrollos tecnológicos es posible mejorar la performance de las producciones y obtener rendimientos cada vez más eficaces. 

La economía circular en el presente

Por supuesto, la economía circular aplicada a la agricultura aporta soluciones para los productores, para los consumidores y para el medio ambiente. Sin embargo, a pesar de sus bondades, aún falta mucha instrucción y difusión para que las prácticas de estos métodos sean cada vez más populares. 

Sobre esto la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, también conocida como CEPAL, publicó un informe con datos concretos. En el documento se refiere a que los países que tienen mayor índice de Producto Bruto Interno generan mayor cantidad de emisiones de huella de carbono. 

Según el organismo, la agricultura es uno de los sectores que más podría contribuir a revertir esta proyección. Para ello, es necesario que se incorpore cada vez más inversión en tecnología, en legislación y en educación. 

A propósito, la recomendación de la entidad es que las naciones se involucren con la economía circular en sus sectores agrícolas para mejorar los resultados. Esta y otras voces autorizadas coinciden que el futuro va por este camino. Para eso, es necesario un trabajo integral entre distintos sectores, para que cada uno aporte su conocimiento. 

Más del autor

Qué es la agricultura de precisión

Producción orgánica de vino, una tendencia que crece en Argentina y en el mundo