En relación a la definición de un alimento orgánico, se pueden encontrar distintas versiones, como por ejemplo, la incluida en la Ley Argentina de Producción Ecológica, Biológica u Orgánica que lo entiende como un sistema de producción que evita el uso de productos químicos.
La Ley Argentina de Producción Ecológica, Biológica u Orgánica, define a la producción orgánica como así también a los sistemas de recolección, captura y caza, sustentables en el tiempo y que desarrolla un manejo racional de los recursos naturales, evitando el uso de los productos de síntesis química y otros de efecto tóxico para la salud humana.
En ese sentido, la producción orgánica brinda productos sanos, manteniendo e incrementando la fertilidad de los suelos y la diversidad biológica, conservando los recursos hídricos y potenciando los ciclos biológicos del suelo para suministrar los nutrientes destinados a la vida vegetal y animal.
Asimismo, este modelo productivo proporciona a los sistemas naturales, cultivos vegetales y al ganado condiciones tales que les permitan expresar las características básicas de su comportamiento innato, sastifaciendo las necesidades fisiológicas y ecológicas.
La aprobación de los alimentos orgánicos se da a través de un sistema de certificación que las garantice. En ese sentido, existen requisitos específicos para certificar la producción orgánica de la mayoría de los cultivos, animales, cría de peces, cría de abejas, actividades forestales y cosecha de productos silvestres.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la agricultura orgánica es un sistema de producción que trata de usar al máximo los recursos del campo, poniendo en el centro a la fertilidad del suelo y la actividad biológica, al mismo tiempo que reduce el uso de los recursos no renovables y prohíbe la utilización de agroquímicos para proteger el medio ambiente y la salud humana.
¿En qué consiste un producto agroecológico?
La agroecología se basa en aplicar conceptos y principios ecológicos con el objetivo de optimizar las relaciones entre las plantas, los animales, los seres humanos y el medio ambiente, teniendo presente, al mismo tiempo, los aspectos sociales que deben tratarse para lograr un sistema alimentario justo y sostenible.
A Través de la generación de sinergias, la agroecología puede apoyar la producción de alimentos y la seguridad alimentaria y la nutrición, al mismo tiempo, que restaura los servicios ecosistémicos y la biodiversidad que son fundamentales para una agricultura sostenible. Puede asimismo desarrollar una función importante en el fomento de la resiliencia y la adaptación al cambio climático.
Según la FAO, las prácticas agroecológicas permiten el desarrollo sustentable de la agricultura, el avance hacia sistemas alimentarios inclusivos y eficientes, y promueve la protección de los recursos naturales; provocando de esta manera un círculo virtuoso entre la producción de alimentos saludables y la conservación de los recursos naturales.
Agricultura orgánica vs Agricultura agroecológica
En principio, tanto la producción orgánica como la agroecológica proponen una producción exenta de sustancias químicas y un uso responsable de los recursos de la naturaleza.
La diferencia radica en las garantías que se tienen de dichos procesos. En este punto, la producción orgánica cuenta con procesos de certificación, tanto nacionales como internacionales, que permiten garantizar la Calidad Orgánica del producto, verificando el cumplimiento de la Norma de Producción Orgánica que corresponda, según el mercado de dicho producto. Es decir, para el que vende es una herramienta de mercado y para el que compra es una garantía de confianza.
En cambio, la producción agroecológica suma además del aspecto técnico, es decir la agronomía, un enfoque socio-económico, político y medioambiental.
Un principio sobre el que se basa la puesta en práctica de la agroecología, es el de economía social, una disciplina para la cual la justicia social debe ser uno de los objetivos centrales de la actividad valorando el asociativismo, el trabajo cooperativo y el desarrollo sostenible.
En este aspecto, lo que se pone de relieve es la persona y el objeto social por sobre el capital. Esta práctica así definida todavía no cuenta con procesos de certificación.
La producción orgánica viene creciendo y los alimentos de este tipo están ocupando cada vez más lugares en nuevos mercados de comercialización. Ante este escenario, es necesario que los productores se capaciten e inviertan en lo necesario para cumplir con los requisitos esenciales de este modelo productivo.