Cultivo de pepino bajo plástico en invernadero, con suelos bien cuidados y plantas en crecimiento, mostrando la estructura de soporte para el riego y la ventilación adecuada.

Las tareas de mantenimiento que colaboran con el cultivo de pepino en espacios cerrados

El cultivo de pepino en el interior de invernaderos, trae consigo algunas prácticas que contribuyen a conseguir un rendimiento más alto. La aplicación de insumos naturales como los ofrecidos por la empresa Agro Sustentable también pueden ser efectivos. 

La producción de pepino en invernaderos requiere de algunos cuidados vinculados a la poda, la preparación del suelo y de las condiciones de temperatura y humedad. Para controlar la situación, los bioinsumos de Agro Sustentable ayudan a obtener cultivos de calidad. 

En grandes extensiones de cultivos vigorosos, con un buen mecanismo de riego y un desarrollo adecuado, las plantas tienen un número mayor de flores femeninas. Los pepinos cultivados en invernadero son partenocárpicos, es decir el fruto no necesita ser fecundado, por lo que no tiene semillas. 

Si la flor femenina se fecunda, se desarrollan las semillas que se juntan todas en el extremo y no tienen una utilidad para el mercado. 

La sujeción de las plantas

Al ser una planta trepadora, los cultivos de pepinos necesitan sujetarse para generar una contención en su crecimiento. Cada productor debe aprovechar de la mejor forma posible la

estructura. ya sea metálica o de madera de su invernadero para montar su mecanismo de sujeción. 

Un método sencillo es el que consiste en tender alambres en cada una de las hileras de plantas. Los cultivos se atan a estos alambres con la suficiente resistencia, una por cada planta. Los alambres tienen que estar tensados para no perder tracción.

El pepino, es una planta que va escalando, formando una especie de arco, que suele ser lo normal. También puede despuntar, si se quiere ganar tiempo, dando lugar a la obtención de una menor cantidad de frutos.

Las tareas de poda

Mantener las plantas durante el tiempo que dura su desarrollo, brinda la posibilidad de que se consiga una masa de hojas y tallos sanos donde puedan crecer los frutos. Los brotes sin frutos deben eliminarse, dejando ese lugar para los más óptimos. 

Las plantas pueden alcanzar un tamaño promedio de 40 centímetros, una altura en la que se encuentra el primer alambre. Por debajo de esta altura se cortan las ramas y los  frutos, logrando que los frutos no toquen el suelo. Son estos pepinos los que no son vaorados en el mercado. 

Las hojas se eliminan porque dificultan la ventilación y el riego de las plantas, así como también las tareas de fertilización y otras operaciones. Se tiene que dejar un tallo principal que va a ir trepando o amarrando a los alambres hasta llegar al ultimo. 

Hay que distinguir que a partir del tallo principal salen ramas laterales y sublaterales. Las flores femeninas que nacen del tallo principal pueden eliminarse, si es que no pretende una gran precocidad. Si se deja desarrollar los primeros frutos sobre el tallo principal, se puede conseguir una cosecha más temprana, pero a costa de disminuir la productividad de la planta. 

Si las ramas laterales desarrollan frutos en el primero y segundo nudo, se deben quitar después de este segundo fruto, o sea, a la tercera hoja. Si solo aparecen flores masculinas, se tienen que dejar crecer más estas ramas laterales. Si no aparece el fruto se corta la rama lateral por el segundo nudo, dejando dos ramas sublaterales.

Las ramas sublaterales se debe extraer a un nudo si aparece fruto, o se debe dejar que continúe si no aparece el fruto. Pese a estos mecanismos puntuales, la poda de la planta de pepino no es una operación exacta, pero si de deben tener en cuenta algunos factores. 

El lugar que tiene el cultivo, la temperatura durante su etapa de desarrollo, la humedad del aire y del suelo, la cantidad de luz, son algunos de los elementos que van a entrar en juego al momento de determinar las tareas de poda. 

Cada productor, desde su propia experiencia y sus condiciones puede acomodar las tareas de poda según le convenga y buscar un equilibrio entre el crecimiento de la planta y la cantidad de frutos que brinda, ya que los frutos detienen el desarrollo de las hojas que son aquellas que lo nutren.

Contribuir al saneamiento con BIOINSECT

Controlar plagas o enfermedades que puedan entorpecer el crecimiento de las plantas de pepino se puede conseguir mediante el uso del bioinsecticida BIOINSECT de Agro Sustentable. 

Esta preparación no contiene ingredientes químicos y ayuda a prevenir la presencia de pestes o insectos como así también, llevar a cabo tratamientos en situaciones avanzadas. 

Las plantas de pepino suelen verse perjudicadas por la presencia de algunas plagas como la mosca blanca o algunos hongos que repercuten en la calidad de los frutos obtenidos, muchos de ellos cambian de forma, color y hasta sabor. 

BIOINSECT es la alternativa que ofrece la empresa Agro Sustentable para llevar a cabo una producción agrícola amigable con el medio ambiente y que sea rentable. 

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