La inserción de tecnologías nucleares para mejorar la seguridad alimentaria

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA)  y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) trabajan íntegramente para impulsar tecnologías nucleares que luchen por la seguridad alimentaria y contra la presencia de plagas y enfermedades. 

Ante este contexto, el OIEA y el IICA  firmaron un acuerdo que tiene como principal objetivo impulsar la adopción de tecnologías nucleares en la agricultura.

En concreto, las autoridades de ambas entidades firmaron un memorándum de entendimiento que posibilitará el desarrollo de diferentes iniciativas conjuntas en áreas como seguridad alimentaria, manejo de agua y suelos, control de pestes y enfermedades y sanidad animal.

En ese sentido, la primera propuesta será trabajar en aplicar métodos que ayuden a la prevención y el control del gusano barrenador del ganado.

En el caso del gusano barrenador, tanto el IICA como la OIEA ya vienen trabajando en países de América Latina y el Caribe con el combate a esta enfermedad del ganado, que está provocando graves perjuicios a la producción de carne y leche y a los ingresos de productores.

El acuerdo firmado potencia la tarea de cooperación que ya se viene realizando, a favor de la difusión de tecnologías nucleares que tienen un impacto positivo en la agricultura y el bienestar de las comunidades rurales. 

De esa manera, el trabajo conjunto tiene una aspiración a ser creciente y positivo. Según las autoridades, la presencia territorial que tiene el IICA en las Américas y su conocimiento técnico son esenciales para fortalecer la llegada y la aplicación en el continente de la ciencia nuclear al servicio del control de plagas en la agricultura y la ganadería. Asimismo, el IICA también es un aliado para que los proyectos técnicos tengan mayor impacto político. 

Durante más de 50 años se ha estado usando con éxito en el mundo la ciencia nuclear para combatir plagas que impactan sobre la producción agrícola y animal. En ese sentido, se han desarrollado técnicas que brindan un control de insectos sostenible, que por costo es eficaz y también es inocuo para el medio ambiente.

La técnica del insecto estéril (TIE), por ejemplo, consiste en usar la radiación para esterilizar las moscas macho que se crían en masa y luego se sueltan en una zona objetivo, donde se aparean con moscas hembra silvestres. Así, con el tiempo, la población de moscas silvestres disminuye.

Las técnicas nucleares también se han usado en diversas regiones del mundo para monitorear virus de manera eficaz y evitar que se conviertan en epidemias.

Enfermedades y cambio climático

Durante la firma de este acuerdo, se destacó la importancia de la ciencia y la tecnología nuclear para hacer frente a pestes y enfermedades que se creían superadas y han vuelto a aparecer para limitar la productividad, debido a la realidad del cambio climático.

De esta forma, los especialistas que entienden a la agricultura como una actividad esencial para la paz, afirman que los proyectos de cooperación para la aplicación de las tecnologías nucleares en la agricultura son una manera de llevar a la realidad el principio de “Átomos para la paz”, que rige en la OIEA desde sus orígenes, en 1957.

La alianza del IICA con la OIEA tiene un objetivo concreto, que es trabajar en conjunto para enfrentar los principales desafíos y obstáculos de la agricultura en las Américas. Un tema clave es el control de pestes que, al afectar los rendimientos, también impactan sobre el bienestar de los productores. 

Es por eso que se viene observando que son enormes las pérdidas que está causando el gusano barrenador, que ha reaparecido, igual que otras enfermedades del pasado. Por ello, es hora de trabajar de manera coordinada, con otras agencias internacionales y con el sector privado y unir fuerzas para enfrentar esta problemática. 

De todos modos, más alla de este acuerdo el OIEA y el IICA vienen colaborando e intercambiando información desde 2007. El trabajo que han llevado a cabo durante estos años ha apuntado a hacer frente a nuevos desafíos relacionados con la sanidad y la inocuidad de los alimentos.

Una de las áreas de cooperación ha sido la del combate al avance de la cepa raza 4 tropical (R4T) del hongo Fusarium, enfermedad que amenaza seriamente el cultivo mundial de banano. Con apoyo del IICA, el OIEA capacitó a científicos de seis países de América Latina en el uso de técnicas nucleares para detectar y contener este hongo. 

En resumen, el trabajo de las entidades y la aplicación de tecnologías nucleares apunta a crear mejores contextos ambientales que promuevan mejores cultivos y buenas condiciones laborales para los productores agrícolas. 

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