Persona tomando notas en una libreta junto a verduras y frutas frescas sobre una mesa de cocina.

El trabajo de América del Sur para garantizar la seguridad alimentaria 

Actualmente, la seguridad alimentaria es uno de los mayores retos a los que se enfrenta la humanidad. En ese sentido, muchas regiones del planeta están trabajando para paliar esta problemática y los efectos que genera. 

En relación a la seguridad alimentaria, según datos de las Naciones Unidas, se prevé que en 2050 la población mundial llegue a casi los 10.000 millones de individuos. Este crecimiento demográfico demandará una mayor cantidad de alimentos nutritivos, procedentes de sistemas alimentarios sostenibles. En esta línea, la seguridad alimentaria no consiste únicamente en satisfacer las necesidades actuales, sino también en garantizar la resistencia a largo plazo de los sistemas agrícolas. 

Prueba de esto es que las empresas alimentarias apuestan cada vez más por la agricultura regenerativa. Según expertos, la superficie destinada a la agricultura regenerativa puede alcanzar las 800.000 hectáreas por empresa, lo que supone una inversión total de hasta 16 millones de dólares. De esta forma, las empresas que suministran al mundo materias primas agrícolas tienen un papel central en desempeñar el apoyo a sus cadenas de suministro, a medida que se transforman en sistemas productivos resilientes, sostenibles y eficientes.

La proteína animal cumple un papel esencial en la seguridad alimentaria y el suministro de dietas nutritivas. En ese aspecto, se estima que la demanda de carne en Asia alcanzará los 221 millones de toneladas en 2050, lo que representa un aumento del 77% respecto a 2010. 

La producción ganadera sostenible tiene un enorme potencial en zonas de América del Sur, debido a que la región cunta con una caudal de precipitaciones interesantes que permiten mantener los campos hidratados y ofrecer una buena hidratación para los animales también. Además, el ganado se alimenta del pasto natural lo que implica un menor efecto negativo sobre el medio ambiente. 

Al igual que en la producción agrícola, la rotación de los cultivos y pastos contribuye al desarrollo ganadero. Pues así, reduce la presencia de plagas o enfermedades y el suelo puede mantener sus propiedades saludables. Es así que el bienestar de los animales mejora y con ello las condiciones ambientales.

Otro de los aspectos a considerar es que el sector ganadero casi no produce residuos ya que aprovecha cada uno de sus subproductos y los reutiliza en el propio campo o coo insumo para otras industrias. 

No se puede prescindir de los alimentos, por lo tanto, hay que incentivar un sistema alimentario con bajas emisiones de carbono, y el mercado de créditos de carbono basados en la naturaleza está surgiendo como un nuevo modelo de negocio para apoyar esta transformación. 

En el caso de América del Sur, la región goza de una gran ventaja comparativa como continente con mayor potencial para secuestrar carbono a través de soluciones basadas en la naturaleza, incluso en tierras productivas. Los proyectos de carbono en la región pueden apoyar la recuperación de áreas productivas degradadas, generando co-beneficios socioambientales. Esos proyectos incrementan la productividad y los ingresos rurales y reducen la presión para ampliar las tierras productivas, al tiempo que almacenan carbono en el suelo.

El secuestro de carbono en el suelo es una estrategia favorable para mitigar los efectos del cambio climático. En ese sentido, hay estudios que demuestran que un aumento de tan sólo el 1% en masa del carbono del suelo en todo el suelo agrícola secuestraría 311 gigatoneladas de CO24. Para ponerlo en perspectiva, el total de emisiones mundiales de gases de efecto invernadero en 2023 fue de 35,8 gigatoneladas de CO25. Sólo Brasil tiene potencial para almacenar hasta 1.000 millones de toneladas anuales de CO2 mediante la restauración del paisaje. Esto da cuenta del enorme potencial que tiene el secuestro de carbono del suelo como solución climática.

El rol de las empresas en la seguridad alimentaria

En el camino hacia una alimentación sostenible, las empresas de alimentos están ahí presentes como estaciones necesarias para llegar a la meta final. Para poder avanzar en el recorrido, es conveniente que estas compañías inviertan en equipos y en capacitación que permita desarrollar de una mejor manera sus prácticas productivas. En el punto de llegada, está esperando un consumidor más exigente y consciente de los productos que va a elegir para comprar y consumir.

La seguridad alimentaria es un tema que preocupa a nivel global. Es el momento más oportuno entonces para poner manos a la obra y comenzar con este viaje hacia un destino donde la producción sostenible y la buena gestión de los recursos naturales sean los principales atractivos. 

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