La agricultura regenerativa se ha convertido en un sostén esencial para que los productores puedan desempeñarse. En el siguiente artículo, algunos de los principios básicos de este modelo productivo.
La agricultura regenerativa parte de dos dimensiones claves: la social y la ambiental. De acuerdo a la dimensión ambiental, el cuidado del suelo y la diversificación de los cultivos son los ejes centrales.
Agricultura regenerativa: los principios para entenderla
Algunos de los aspectos que explican el funcionamiento y las características de la agricultura regenerativa son:
Mantenimiento del suelo saludable: la conservación de un suelo saludable es el pilar fundamental de la agricultura regenerativa. En lugar de observar el suelo simplemente como un medio para cultivar plantas, la agricultura regenerativa reconoce que el suelo es un ecosistema dinámico en sí mismo.
Para poder llevar a cabo su conservación, las prácticas que integra este modelo de producción son:
- Reducción de la labranza: la labranza tradicional puede ser dañina para la estructura del suelo al interrumpir su capa superior. En la agricultura regenerativa, se insiste con la reducción o eliminación de la labranza de la tierra para poder preservar la estructura del suelo, evitando la erosión y manteniendo la actividad microbiológica.
- Preservación de la estructura del suelo: la labranza mínima o nula permite que la estructura del suelo se mantenga sin modificaciones. De esta forma, las partículas del suelo forman agregados que mejoran la porosidad y la capacidad de retención de agua.
- Estimulación de la actividad microbiológica: la labranza mínima también alienta la existencia de microorganismos beneficiosos en el suelo. Estos microorganismos descomponen la materia orgánica, liberando nutrientes y mejorando la salud general del terreno.
Uso de cubiertas vegetales: la implementación de coberturas vegetales, como cultivos de cobertura o plantas específicas, es una estrategia clave para mantener el suelo saludable.
Dentro de algunos beneficios, las cubiertas protegen contra la erosión causada por la lluvia y el viento, ya que actúan como una capa protectora. Esto es fundamental para prevenir la pérdida de nutrientes y la degradación del suelo.
Asimismo, las cubiertas vegetales brindan un continuo aporte de materia orgánica, ya que a medida que las plantas de cobertura crecen y se descomponen, aportan materia orgánica al suelo. Este proceso enriquece el suelo con nutrientes esenciales y mejora su estructura.
Por otro lado, las cubiertas actúan muchas veces como enmiendas orgánicas. A partir del uso de enmiendas como compost y estiércol, se protege el suelo. Las enmiendas también incrementan la fertilidad de la tierra al brindar nutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas.
En resumen, las coberturas vegetales, tales como cultivos de leguminosas, pastos u otras plantas específicas, son sembradas intencionalmente durante periodos en los que el suelo estaría en reposo. De esta forma aportan una serie de ventajas como:
- Mejora en la retención de agua: las coberturas vegetales actúan como una barrera que disminuye la evaporación del agua del suelo, mejorando así la retención hídrica.
- Reducción de la erosión: la cubierta vegetal resguarda la capa superior del suelo contra la erosión causada por el viento y las lluvias. Sus raíces ayudan a anclar el suelo, evitando la pérdida de nutrientes y minimizando la escorrentía.
- Aporte de nutrientes: al descomponerse, las plantas de cobertura liberan nutrientes esenciales en el suelo.
- Fomento de la biodiversidad: las coberturas vegetales otorgan hábitats ideales para insectos beneficiosos y microorganismos del suelo. Este incremento en la biodiversidad colabora a generar un ecosistema agrícola más equilibrado.
Rotación Estratégica de Cultivos: el intercambio de cultivos implica alternar los tipos de cultivos plantados en un área específica durante distintas temporadas. Este enfoque estratégico ofrece varios beneficios:
- Prevención de acumulación de patógenos: rotar los cultivos ayuda a prevenir la acumulación de plagas y enfermedades que pueden afectar a un cultivo particular. Esto disminuye la dependencia de pesticidas y genera un mayor un equilibrio natural.
- Mejora de la eficiencia en el uso de nutrientes: diferentes cultivos tienen diferentes demandas nutricionales. Es por eso que la rotación permite aprovechar los nutrientes de manera más eficiente.
- Reducción de la dependencia de insumos externos: al alternar cultivos, se reduce la necesidad de insumos externos como fertilizantes sintéticos, ya que la rotación favorece la fertilidad del suelo de forma natural.
- Estímulo a la resiliencia del suelo: la rotación de cultivos permite lograr una mejor salud del suelo al evitar el agotamiento de nutrientes y promover la diversidad biológica.
En conclusión, el cuidado del suelo es uno de los principios básicos que diferencia a la agricultura regenerativa de otros modelos productivos. En ese sentido, llevar a cabo buenas prácticas para cuidar los terrenos forma parte de la esencia de este tipo de producción.