La agricultura regenerativa consiste en una técnica basada en una menor labranza para restaurar la salud del suelo e incrementar la biodiversidad de una región.
Dentro de la agricultura regenerativa hay distintas prácticas que le permiten al productor proteger sus campos y evitar las emisiones de gases de efecto invernadero, preservando la biodiversidad existente.
Las prácticas que se incluyen en la agricultura regenerativa
Dentro de las acciones que atraviesan a la agricultura regenerativa se encuentran:
- Reducción de la labranza: se trata de disminuir al máximo la perturbación del suelo para resguardar su estructura y aumentar la materia orgánica.
- Rotación de cultivos: es una práctica que trata de diversificar las producciones agrícolas para mejorar la salud del suelo y reducir la incidencia de plagas y enfermedades.
- Cultivos de cobertura: consta de la plantación de cultivos que actúen como cobertura del suelo durante todo el año para prevenir la erosión y mejorar la fertilidad.
- Integración del ganado: es la utilización del ganado de manera estratégica para mejorar la salud del suelo y la distribución de nutrientes.
¿Qué beneficios se obtienen con la agricultura regenerativa?
Entre algunas de las ventajas de la agricultura regenerativa, está:
- La mejora de la salud del suelo, ya que aumenta la capacidad del suelo para retener agua y nutrientes. Esto se traduce en cultivos más resistentes a la sequía y a las plagas.
- Reducción de las emisiones de carbono, de esta forma los suelos saludables secuestran carbono atmosférico, alentando a aliviar los efectos del cambio climático.
- El aumento de la biodiversidad, la diversidad de cultivos y la presencia de hábitats para la vida silvestre garantizan ecosistemas más saludables.
- Una mayor resiliencia: los sistemas agrícolas regenerativos son más resistentes a los eventos climáticos extremos y a las perturbaciones. Además instan a cuidar del suelo considerado como el mayor activo para la seguridad alimentaria.
Especialistas en el tema aseguran que el 25% de la biodiversidad mundial se encuentra en los suelos, por lo que su cuidado es fundamental para lograr la seguridad alimentaria. De esta forma, al hacer un buen manejo y mantener la materia orgánica de los terrenos, se colabora con la biodiversidad, la retención de agua y a la reducción de emisiones de carbono de un lugar.
Prácticas vinculadas al manejo de los suelos productivos
Muchas de las técnicas las asociadas al manejo de los suelos son esenciales, tales como:
- Labranza mínima o cero.
- Tecnificación del riego, convirtiendo el riego rodado en sistemas por goteo.
- Manejo integral del suelo para sacar provecho de los nutrientes naturales.
- Reducción de insumos químicos.
Dentro de estas acciones, la agricultura de conservación es un área central y relevante para el cuidado de los campos.
En relación al cuidado de los suelos, la Organización Nacional de las Naciones Unidas (ONU) explica que ha habido poco avance en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con la agricultura incluidos en la Agenda 2030.
En este sentido, resaltó que solamente el 15% va por un buen camino con respecto a estas metas considerando todos los indicadores, mientras que el 42 está regular y los demás están totalmente detenidos o en retroceso. Por eso es crucial que todos los actores, desde la academia hasta las comunidades indígenas, trabajen en conjunto para revertir este escenario.
Los expertos coinciden que si bien la agricultura regenerativa ofrece numerosos beneficios, su adopción a gran escala enfrenta diferentes retos.. Entre ellos, la necesidad de cambiar las prácticas tradicionales, la falta de acceso a financiamiento y la complejidad de implementar sistemas agrícolas más sostenibles.
En resumen, para poder concretar técnicas de la agricultura regenerativa es fundamental contar con el apoyo de gobiernos y organizaciones internacionales que permitan otorgar un mayor impulso para transitar el camino hacia este modelo de producción.