La agricultura regenerativa tiene aspectos centrales que persiguen el cuidado del suelo y un buen estilo de vida para las personas.
Dentro de las bases para comprender la agricultura regenerativa, hay determinadas prácticas que la caracterizan y la diferencian de la agricultura convencional.
Entre las acciones que atraviesan a la agricultura regenerativa se encuentra:
- Manejo integrado de plagas y enfermedades
En la agricultura regenerativa en lugar de depender exclusivamente de pesticidas químicos, este modelo promueve enfoques holísticos que reducen los impactos negativos en el suelo y la biodiversidad.
Para llevar a cabo un control de las plagas y enfermedades en los cultivos, hay ciertas estrategias de control natural.
-Enemigos naturales: se fomenta la presencia de depredadores y parasitoides naturales que se alimentan de las plagas. Esto ayuda a conservar el equilibrio natural y controlar las poblaciones de insectos perjudiciales.
-Policultivos y diversidad de plantas: el cultivo de una variedad de plantas en el mismo campo genera hábitats ideales para organismos beneficiosos, como mariquitas, arañas y aves. Esta diversidad natural colabora con la regulación de plagas.
-Promoción de la biodiversidad: el fomento de la biodiversidad se extiende más allá de los enemigos naturales y alcanza también la creación de entornos que apoyen una variedad de organismos.
-Hábitats naturales: la suma de áreas con vegetación natural y zonas de refugio para fauna silvestre colabora con la diversidad biológica y puede contribuir a mantener bajo control las poblaciones de plagas.
-Cultivo de variedades resistentes: en este aspecto se da preferencia a variedades de cultivos resistentes a plagas y enfermedades específicas. La selección de plantas más fuertes minimiza la necesidad de intervenciones químicas.
-Monitoreo constante: detectar problemas en una etapa temprana otorga la posibilidad de llevar a cabo acciones preventivas o correctivas antes de que las plagas o enfermedades se vuelvan difíciles de controlar.
Si se requiere el uso de pesticidas, se prefiere una selección cuidadosa y un uso racional para reducir impactos negativos en el suelo y en la salud humana.
- Eficiencia en el uso de recursos
La optimización del agua es esencial para la agricultura regenerativa, especialmente en regiones con limitaciones hídricas.
Para concretar una buena gestión de riego, la agricultura regenerativa promueve técnicas que entregan agua de manera precisa y eficiente, como la irrigación por goteo. Esto disminuye el desperdicio y optimiza el uso del recurso.
Asimismo, la implementación de infraestructuras para capturar y almacenar agua de lluvia alienta a garantizar el suministro durante períodos secos. Estanques y métodos de cosecha de agua son comunes en sistemas regenerativos.
También la agricultura regenerativa contempla el manejo eficiente de la energía. En ese sentido, el modelo busca reducir la huella de carbono y mejorar la eficiencia energética en todas las etapas del proceso agrícola.
Otro de los aspectos es implementar el uso de energías renovables. La adopción de fuentes de energía renovable, como la solar o la eólica, es fundamental para reducir la dependencia de combustibles fósiles y disminuir las emisiones de carbono.
El uso de tecnologías eficientes colabora con una gestión más inteligente y sostenible de los recursos energéticos.
En ese sentido, la eficiencia en el uso de recursos no solo se trata de optimizar la cantidad de agua y energía utilizada, sino también de construir sistemas agrícolas que puedan enfrentar las variaciones climáticas.
Programar el riego de manera estratégica, adaptándolo a las necesidades específicas de los cultivos y a las condiciones climáticas, alienta a un uso más eficiente del agua.
En relación a la diversidad de las fuentes de energía, dependiendo de la disponibilidad y costos, la diversificación de fuentes de energía garantiza una resiliencia ante posibles interrupciones o cambios en el suministro.
En conclusión, teniendo en cuenta un contexto productivo cambiante, la aplicación de prácticas regenerativas no solo comprenden un compromiso ambiental, sino que también son parte de una estrategia económica sólida para los productores profesionales.
La reducción de costos a largo plazo, el ingreso a mercados sostenibles y el poder de enfrentar económicamente ciertos inconvenientes, son beneficios tangibles que dan cuenta de qué manera la agricultura regenerativa no solo es un camino hacia la sostenibilidad, sino también hacia la rentabilidad. Al integrar estos principios, los agricultores pueden contribuir con el bienestar del planeta y fortalecer la viabilidad de sus operaciones en un mundo agrícola en constante cambio y evolución.