La producción agrícola y las acciones que ésta integra, inciden directamente sobre las condiciones de las plantas y sobre el estado de los animales.
Dentro de los diferentes modelos productivos, la producción agrícola cuenta con otras acciones que tienen como objetivo cuidar el medio ambiente y los recursos naturales. Esta agricultura, mejor conocida como orgánica, tiende a bajar el uso y la aplicación de productos químicos y apuesta a un mayor seguimiento de las producciones para evitar daños o consecuencias irreparables.
Dentro de sus tareas y objetivos, este modelo productivo se enfoca en mantener el cuidado de los animales y conseguir un mayor bienestar. En ese sentido, lo que hace es buscar espacios más amplios para que los animales se puedan mover más tranquilos, con más libertad y no sufran estrés.
Otro punto a tener en cuenta es la alimentación de estos animales. La agricultura orgánica se centra en brindar un alimento libre de productos químicos y hormonas. Esto logrará que el animal tenga una mejor calidad de vida y asimismo va a reducir la dependencia o el uso de medicamentos por determinadas patologías o enfermedades.
En definitiva, la agricultura orgánica trabaja por un bienestar integral de la biodiversidad. En esa línea cumple un papel central para poder lograr este objetivo. Al evitar el uso de productos tóxicos, se logra una mejor conservación y cuidado de los suelos agrícolas y también algunos beneficios para los animales, logrando así un mayor equilibrio en el ecosistema natural de una región.
Además, la agricultura ecológica apuesta a que haya una diversificación de los cultivos en una misma área. Esto hace que los suelos mantengan su condiciones y sus nutrientes y sigan siendo fértiles.
Al no optar por la aplicación de productos sintéticos o convenciones, los riesgos para la salud de las personas se reducen y se resguardan también la calidad de algunos recursos como el agua.
La agricultura orgánica trata de generar modelos productivos fuertes y sólidos que permitan enfrentar y sobrellevar los efectos que pueden provocar las variaciones climáticas.
Las diferencias en la calidad y el sabor de los productos
Contar con determinadas acciones y buenas prácticas agrícolas, se traduce en una mejor calidad y sabor de los alimentos agrícolas.
En ese sentido, muchos expertos coinciden en que la agricultura orgánica no solamente colabora con el cuidado del medio ambiente sino que en términos productivos mejora considerablemente la calidad y el sabor en los resultados obtenidos.
La agricultura ecológica trabaja permanentemente para que los cultivos y los productos agrícolas no contengan productos químicos. Esto significa que los alimentos se desarrollan en un ámbito natural, con buenas acciones productivas y a través de una superficie cuidada, sana y bien nutrida.
En cambio, los productos convencionales, suelen priorizar los rendimientos y las ganancias obtenidas a partir de mayores volúmenes de producción. Esto es algo que no sucede con agricultura ecológica, ya que la prioridad está puesta en obtener productos de calidad que cuenten con procesos naturales de elaboración y que demuestren una mayor calidad en su aspecto y en su sabor.
En este último punto puede haber grandes diferencias entre un modelo y otro.
¿Por qué? Porque los productos ecológicos crecen y maduran de forma natural, sin procesos que aceleren estos procesos. Esto hace que la planta o el cultivo pueda desarrollar plenamente sus propiedades, dando resultados diferentes en cuanto a sabor y textura en el producto final.
En los alimentos convencionales, los procesos de maduración artificial o el uso de determinados elementos para agilizar los tiempos pueden afectar el sabor del producto, quitándole intensidad y aroma.
Compromiso social y ambiental
Más allá de los resultados productivos, que como hemos visto presentan grandes diferencias con la producción convencional, la producción orgánica también cuenta con un compromiso social y ambiental. Por un lado porque trabaja para que los productos obtenidos mejoren la salud y el bienestar de las personas. Y por otro, porque se asegura de que los procesos de elaboración y las prácticas agrícolas, cuiden el medio ambiente y gestionen de buena manera los recursos de la naturaleza como el agua y la energía.
La elección y decisión del modelo productivo, se traducirá en los resultados obtenidos y en el compromiso que tenga el agricultor con estas aristas sociales y ambientales. Cuando se elige recorrer el camino de la producción orgánica, también se toma el fiel compromiso de trabajar para cuidar la tierra y los elementos que hacen mejorar la biodiversidad existente de un lugar.
Los resultados hablarán por sí solos, ya que los productos tendrán enormes diferencias con los convencionales y serán más elegidos por el consumidor dentro del mercado competitivo.