La comercialización de productos orgánicos en Europa

Durante el último tiempo, la demanda de productos orgánicos en Europa viene creciendo. Este tipo de alimentos es elegido por consumidores cada vez más comprometidos con la salud, la sostenibilidad y el impacto ambiental. 

El sector de la producción orgánica en Europa integra tradición e innovación y está redefiniendo la forma en que se producen y comercializan los alimentos en el continente. 

¿Cómo es el mercado de productos orgánicos en Europa?

Europa es el segundo mercado más grande de productos orgánicos a nivel mundial, solo superado por Norteamérica. Países como Alemania, Francia e Italia lideran el consumo, con una tasa de crecimiento anual permanente. Según los últimos datos, las ventas de productos orgánicos en Europa superaron los 45.000 millones de euros en 2023.

El auge del mercado está acompañado de políticas gubernamentales favorables, como el Pacto Verde Europeo y la estrategia “De la Granja a la Mesa”, que buscan incrementar la proporción de tierras dedicadas a la agricultura ecológica al 25% para 2030. Asimismo, el desarrollo de iniciativas locales en países como Suecia y los Países Bajos, promueven activamente la transición hacia una economía más verde.

¿En qué consiste la producción orgánica?

La producción de alimentos orgánicos se basa en prácticas agrícolas sostenibles que dejan afuera el uso de pesticidas químicos, fertilizantes sintéticos y organismos genéticamente modificados (OGM). En su lugar, se da lugar a técnicas como la rotación de cultivos, el uso de abonos naturales y el manejo integrado de plagas.

Países como España e Italia se destacan por su liderazgo en la producción de frutas, verduras, aceite de oliva y vinos orgánicos, mientras que Dinamarca y Suecia son referentes en la innovación y tecnología aplicada a la agricultura ecológica. Además, la incorporación de técnicas de agricultura regenerativa está aumentando, generando un enorme beneficio para la biodiversidad y la salud del suelo.

La comercialización de productos orgánicos

La comercialización de productos orgánicos está evolucionando a partir del auge del comercio electrónico y la preferencia de los consumidores por canales de distribución directa. Algunos de los enfoques más destacados: 

E-commerce y mercados locales: se han creado varias plataformas digitales que conectan a productores locales con consumidores, promoviendo la compra directa y reduciendo la huella de carbono. También, han surgido supermercados convencionales que están ampliando sus líneas de productos ecológicos, promoviendo el acceso al consumidor medio.

Certificaciones y etiquetado: las certificaciones ecológicas, como el sello de la Unión Europea (UE) para productos orgánicos, son fundamentales para ganar la confianza del consumidor. Estas garantizan que los productos cumplan con estrictos estándares de producción. En ese sentido, en 2024 la UE implementó medidas adicionales para mejorar la trazabilidad digital de los productos ecológicos mediante blockchain.

Innovación en empaques: los productores están adoptando envases biodegradables y compostables, ajustándose a la creciente demanda de sostenibilidad. Asimismo, algunas empresas están probando sistemas de empaque retornable, fomentando a los consumidores a devolver los envases.

La regulación del transporte para la producción orgánica en Europa 

El transporte de productos orgánicos dentro de la Unión Europea está regulado por estrictas normativas que buscan garantizar la calidad y sostenibilidad a lo largo de toda la cadena de suministro. Algunas de las normativas más destacadas tienen en cuenta: 

Reglamento (UE) 2018/848: esta disposición establece los requisitos para la producción, certificación y transporte de productos ecológicos, teniendo en cuenta las condiciones específicas para evitar la contaminación cruzada y asegurar la integridad del producto.

Etiquetado y documentación: todos los productos orgánicos transportados deben ir acompañados de un certificado ecológico válido y un etiquetado claro que señale su origen y tipo de producción. Esto es especialmente relevante en el comercio internacional, donde se piden controles adicionales en las aduanas.

Refrigeración y cadena de frío: para productos perecederos, las normativas de transporte establecen el mantenimiento de una cadena de frío permanente, lo que garantiza la frescura y calidad de los alimentos orgánicos.

Reducción de emisiones: en consonancia con los objetivos climáticos de la UE, las empresas de transporte deben adoptar medidas para reducir las emisiones de carbono, como el uso de vehículos eléctricos o combustibles alternativos.

Estas normativas no sólo garantizan la calidad de los productos, sino que también refuerzan la confianza del consumidor en la sostenibilidad de los alimentos orgánicos que consumen.

En resumen, la producción y comercialización de productos orgánicos en Europa no solo representa una oportunidad económica, sino también una solución sostenible. Este sector refleja el equilibrio entre tradición e innovación, y su crecimiento marca el interés colectivo de un futuro más saludable y respetuoso con el medio ambiente.

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