El uso de sensores inteligentes y otras tecnologías es considerado como aplicación de buenas prácticas agrícolas que benefician a la industria, a los consumidores y al medio ambiente.
Se llaman buenas prácticas agrícolas a todos los procedimientos que son compatibles con el cuidado del medio ambiente y de la producción de cultivos más sanos para el consumidor. En el caso de la aplicación de sensores inteligentes, se la considera la nueva revolución agrícola.
Según los especialistas esta tecnología está revolucionando el sector del agro a tal punto que los resultados no se pueden comparar con ninguna otra innovación de la historia. En concreto, se trata de dispositivos inteligentes para realizar mediciones de precisión.
En una época con situaciones meteorológicas tan fluctuantes a causa de la crisis climática poder obtener información para procesar y luego planificar es una gran ventaja. De esta forma, se pueden contrarrestar al máximo posible las pérdidas y optimizar los rendimientos.
En este sentido, la transformación de los campos gracias a las buenas prácticas agrícolas es aún más contundente desde la llegada de la inteligencia artificial. Por cierto, su capacidad de interpretación y deducción utilizadas para el agro llegaron para cambiarlo todo.
Pero, además, la utilización de este tipo de dispositivos es funcional al objetivo de alcanzar la soberanía alimentaria de la población. Es por eso que las buenas prácticas agrícolas son tan valoradas por especialistas en sostenibilidad y referentes de sectores ambientales.
Si se toma en cuenta que para el año 2050 será necesario un 50 por ciento más de alimentos que la cantidad actual entonces la incorporación de todo tipo de técnicas que mejoren la productividad es más que bienvenida.
¿Qué tipo de funcionalidades pueden ofrecer los sensores inteligentes por lo cual son considerados buenas prácticas agrícolas? ¿Es real que hoy los tambos argentinos ya explotan al máximo estos beneficios? ¿Cómo se implementa la aparatología desarrollada especialmente para los suelos en el presente?
Porqué los sensores inteligentes son considerados buenas prácticas
Las buenas prácticas agrícolas son amigas de la tecnología. En el caso de los sensores permiten planificar y anticiparse a posibles imponderables que perjudiquen los cultivos. Las nuevas versiones más modernas le proveen al agricultor la cantidad necesaria de datos para poder organizar su trabajo de forma mucho más eficiente.
Entre las lecturas que realizan estos dispositivos se encuentran el estado del suelo en cuanto a humedad o falta de la misma, la temperatura y la absorción de rayos del sol. Sin embargo, uno de los puntos en los que más contribuyen a la prevención es su capacidad de detección de plagas.
Estas buenas prácticas agrícolas están contempladas por los fabricantes de aparatología especial para el campo. Es por eso que clasifican a los distintos tipos de sensores de acuerdo a la función para la cual fueron diseñados:
- Temperatura del ambiente: Incluyen la humedad en el aire y todas las condiciones atmosféricas de la zona en la cual está ubicado
- Luz: Miden la cantidad de rayos solares y evalúan el estado de condiciones para la fotosíntesis.
- Nutrientes: Advierten si es necesario o no agregar fertilizantes a la tierra
Cabe destacar que los sensores aportan a las buenas prácticas la cuestión de la sostenibilidad. Gracias a todas sus funciones los productores ahorran costos y usan menos recursos. También son fundamentales para que los productos finales sean de la mejor calidad posible para el consumidor.
Las buenas prácticas en los tambos de Argentina
Argentina ya cuenta con una cultura de buenas prácticas agrícolas totalmente instalada y el uso de sensores es central. A propósito, los tambos son un ejemplo claro de cómo se puede mejorar el rendimiento de la producción gracias a la tecnología. Estos son los principales datos del sector:
- El 20% de la industria lechera ya utiliza dispositivos de medición
- Los sensores monitorean los comportamientos de los animales, las condiciones de salud y la cantidad de comida que ingieren
- Se estima que hay 300 aparatos ubicados en tambos de distintos tamaños, tanto de carácter industrial como en pequeños emprendimientos familiares
Gracias a estas buenas prácticas agrícolas hoy es real que el estándar de calidad de la leche mejoró. Pero, además, un dato no menor es que estas novedades también trajeron beneficios para la situación de los trabajadores en cuanto a su jornada laboral y su calidad de vida.
Hoy la revolución tecnológica está cambiando la forma de producir y profesionalizando el agro de forma veloz y contundente. La instalación de los sensores es solo una parte de un camino que recién comienza.