Las huertas urbanas son tendencia en muchos países del mundo por las bondades que presentan de cara a la soberanía alimentaria. También por sus características de sustentabilidad. A pesar de esto, desde algunos sectores hay críticas por el impacto que generan en las ciudades.
En el contexto de falta de seguridad alimentaria las huertas urbanas se presentan como una buena solución. De hecho, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, también conocida como FAO, este tipo de huertos puede aportar grandes resultados.
En concreto, el organismo indica que se pueden obtener hasta 20 kilos de alimentos orgánicos cada año mediante los cultivos domésticos. A esto se agrega, por supuesto, que se trata de un tipo de producción agrícola totalmente amigable con el medio ambiente.
De este modo, las huertas urbanas son consideradas buenas prácticas de agricultura y, en determinadas regiones del mundo, como por ejemplo algunos países de Asia, son tendencia. Sucede que en zonas en las cuales las tierras fértiles no abundan, las plantaciones en ciudad generan muy buenas perspectivas de cara a la soberanía alimentaria de las comunidades.
Sin embargo, como todo, esta modalidad tiene sus pros y sus contras. Si no se realiza esta actividad con todas las medidas y cuidados correspondientes, lo que en principio ayuda, puede generar contaminación y caos.
¿Cuándo, cómo y dónde es viable obtener una huerta urbana sustentable? ¿Cuáles son sus verdaderos beneficios? ¿Por qué expertos en sostenibilidad señalan la necesidad de optimizar los sistemas de cultivos urbanos con urgencia?
Porque los especialistas recomiendan el cultivo de huertas urbanas
En Argentina ya existen programas para incentivar a la población a involucrarse en la creación de huertas urbanas. Sobre esto trabaja un equipo de investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, también conocido como INTA.
Al respecto, los técnicos aseguran que tanto las terrazas como los balcones con alta exposición al sol y a las altas temperaturas son espacios viables. Sin embargo, el riego puede ser una complicación. Para esto, la recomendación es el complemento con materiales compostados para mejorar la absorción de la tierra.
Para quienes deseen incursionar en estos formatos de agricultura sostenible, se recomienda una guía de buenas prácticas con las siguientes recomendaciones:
– Verificar semillas y plantines: se deben chequear los espacios de crecimiento de cada especie para asegurarse que puedan expandirse con fluidez.
– Barreras climáticas: Tanto el impacto del sol como el del viento pueden ser perjudiciales para las huertas urbanas. Para resguardar las plantaciones se sugiere utilizar cañas, media sombras y otros materiales.
– Restricción para animales: En el caso de tener los cultivos en un territorio al cual acceden perros, gatos o aves planificar formas de impedimento de contacto.
– Mejoramiento de la tierra: Resulta muy inaccesible obtener un suelo óptimo en la ciudad. Por eso lo mejor es realizar compostaje y abonar canteros, macetas y demás para mejorar la eficacia.
– Relleno de envases: La fórmula específica para el sustrato que será la base de los contenedores es la mezcla de dos partes de abono orgánico con una de igual proporción de tierra. También se puede agregar una porción de arena o de viruta.
– Luz solar: Las huertas urbanas necesitan sol directo y, por eso, se debe analizar el espacio antes de comenzar el trabajo de agricultura.
– Riego: Estas plantaciones sí o sí deben estar ubicadas en un lugar que tenga acceso a agua potable.
– Combinación de cultivos: Se trata de un equilibrio en el cual se eligen plantas que crecen de forma horizontal y otras que lo hacen de manera vertical. De igual modo, se colocan las que surgen a un ritmo muy rápido con otras que lo hacen más lento. Esto facilita que los nutrientes de la tierra alcance para todas.
Las huertas urbanas están en auge, pero no todas las opiniones son a favor. También hay voces que levantan alertas…
Huertas orgánicas ¿Solución o problema?
Una investigación de la Universidad de Michigan asegura que los cultivos sostenibles urbanos son una importante fuente de contaminación para la ciudad. El estudio se realizó sobre 73 huertas urbanas en las cuales se registró un promedio de emisiones 6 veces superior a los tradicionales.
La explicación consiste en que la construcción de las plantaciones conlleva materiales que generan impacto en el ambiente. Además, se verificó que tiene poco de sustentables ya que no permanecen activas por largos períodos de tiempo.
Para estos investigadores las huertas que sí conservan su propósito por largas temporadas son sostenibles. También aquellas que utilizan residuos domésticos como abono.
Otro punto no menor, es el uso social que se le agrega a las huertas urbanas. Está comprobado que su durabilidad y sostenibilidad está íntimamente relacionada con el compromiso que las comunidades generan con estas prácticas.