Cómo son los cultivos de papas que incluyen técnicas de biotecnología

Nuevas técnicas aplicadas a los cultivos de papas representan grandes beneficios para sus
productores. Mejores rindes y un uso más racional del agua que contribuye al cuidado del
medio ambiente.

En Argentina, y en otras partes del mundo, ya se utiliza biotecnología para los cultivos de
papas. Se trata de un producto híper consumido y muy popular, con grandes volúmenes de
producción y que conlleva muchísimo riego para su crecimiento.

Para optimizar el crecimiento de los cultivos de papas la ciencia analizó su comportamiento.
De este modo, gracias a la incorporación de la biotecnología, hoy es posible tener un análisis
del suelo en el cual se desarrolla este tubérculo y prever sus reacciones para que el
crecimiento no se detenga.

En un contexto de crisis climática, en el cual los fenómenos meteorológicos afectan a la
agricultura de manera muy agresiva, llegan soluciones para productores de papas. En la
actualidad estas técnicas ya se están aprovechando en el país y en otros de la región.

¿Cómo son los cultivos de papas inteligentes que pueden resistir a la escasez hídrica? ¿Cómo
lograron los científicos obtener plantaciones con crecimiento ilimitado en cualquier condición
climática? ¿Cuáles son las diferencias con las anteriores formas de producción?

Cultivos de papas que toleran la sequía

La biotecnología aplicada a los cultivos de papas ya sucede en Argentina. En concreto,
investigadores del CONICET trabajan con un equipo de la Facultad de Agronomía de la
Universidad de Buenos Aires. El objetivo es obtener plantaciones más eficientes y sustentables.

Según definieron los expertos los tubérculos son muy sensibles a la falta de agua. Por esta
razón, y en situación de cambio climático, se trazó la meta de obtener formas de cultivos de
papas que sean más resistentes a las sequías:

En estas circunstancias, desde hace algún tiempo, los investigadores trabajan en tierras
cultivadas en la zona de Balcarce, principal región productora de papas. Hasta el momento,
estos son los principales avances que se obtuvieron:

  • Los sembrados intervenidos con biotecnología ofrecen mayor cantidad de papas con
    un menor uso de agua
  • Es posible comenzar a plantar en otro tipo de espacios que, antes de estos hallazgos,
    no eran considerados aptos para los cultivos de papas
  • Gracias a las nuevas técnicas, en condiciones de sequías, estas plantas se muestran
    más resistentes a las tradicionales
  • El nuevo rendimiento está calculado aproximadamente en un 15 por ciento más que lo
    habitual
  • En relación a otras dimensiones se estima que tienen un 11 por ciento más de peso
    que las papas convencionales
  • Con la intervención genética que reciben estos tubérculos se desarrollan mayor
    cantidad de proteínas como, por ejemplo, la BBX21.
    Es importante subrayar que estos cultivos de papas se consideran más amigables de cara al
    cuidado del medio ambiente. Gracias a la tecnología aplicada, las plantaciones siguen en
    crecimiento a pesar de no recibir agua. Esto quiere decir que, cuando las condiciones
    climáticas indican sequía, no es necesario reforzar el riego.

El dato destacado es que, para lograr esta evolución, lo que se hizo fue desactivar un gen que
posee la papa el cual advierte que hay menos agua en el suelo. Según los especialistas, cuando
esto sucede, la planta detiene su crecimiento por la falta de presencia hídrica. Con este aporte
de la ciencia, los cultivos crecen sin barreras.

Pero no solo en Argentina se trabaja en estas áreas. Otras regiones con mucha producción
tienen sus propios desarrollos genéticos para obtener mejoras en el rinde de papas en
contexto de crisis climática.

Bolivia también innova con cultivos de papas más inteligentes

En Bolivia el cultivo de papas es una práctica ancestral, pero, además, es una industria que da
trabajo y provee alimento a miles de ciudadanos. Sin embargo, las técnicas históricas han
resultado insuficientes en los últimos años a causa de las inclemencias climáticas por el
calentamiento global.

Por estas razones, los rendimientos se vieron afectados. Incluso los precios tuvieron un fuerte
descenso. Para sanear esta coyuntura que afecta a todo el mercado de la papa se llevó
adelante un trabajo que combina el conocimiento de los productores originarios con lo más
nuevo de la tecnología.

La idea es aportar elementos orgánicos a las semillas nativas. De este modo, el nuevo
calendario de cosecha deja espacio para que en la misma tierra luego crezcan otras variedades
como cebada o quínoa.

Cabe mencionar que en Bolivia hay más de 1.500 variedades de papas tradicionales a las
cuales se les da diferente uso. Para poder rescatarlas ante el avance de la sequía se hicieron
estudios en los suelos y a los resultados se los combinó con los saberes ancestrales.

Sin dudas, el progreso en cuanto a cultivos de papas inteligentes recién comienza. Quedará por
delante un largo camino de evolución que bien puede trasladarse a otras frutas y verduras.

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