Los sistemas alimentarios regenerativos e inteligentes desde el punto de vista climático pueden encabezar la carrera para obtener resultados positivos para la naturaleza en 2030.
La agricultura regenerativa puede resultar una de las principales herramientas para garantizar alimentos seguros y nutritivos.
De esta forma, los agricultores se convierten en guardianes de los recursos naturales y deben ser los primeros para garantizar transiciones equitativas y resilientes.
Según especialistas, las estrategias ágiles y las alianzas integrales pueden desbloquear capital, tecnología y conocimiento, y la participación para resolver estos problemas juntos.
Los sistemas alimentarios están vinculados a muchos problemas mundiales, desde el hambre a la deforestación, pasando por ser el segundo emisor mundial de gases de efecto invernadero, después del sector energético.
En esa línea, ¿Qué pasaría si se invirtiera ese papel y nos diéramos cuenta del verdadero potencial de transformar los sistemas alimentarios para que sean positivos para la naturaleza y que nutran a todos?
Las decisiones de la agricultura regenerativa y climáticamente inteligente diseñadas para situar a los agricultores en el centro, pueden mejorar el rendimiento de los cultivos y lograr otros beneficios como:
- convertir las tierras de cultivo y los pastos en sumideros de carbono.
- Invertir la pérdida de bosques.
- Optimizar el uso de fertilizantes nitrogenados.
- Replantear las cadenas de suministro globales y locales para que sean más sostenibles, reduciendo los residuos.
Es por esto que, a través de las soluciones climáticas naturales (NCS), los sistemas alimentarios pueden contribuir hasta en un 37% a la mitigación del cambio climático necesaria para alcanzar los objetivos climáticos de 2030.
De todas formas, menos del 2% de la financiación climática se destina a soluciones agroalimentarias. En la Unión Europea, un nuevo informe del Foro sobre las estrategias climáticas que dan prioridad a los agricultores reveló que las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) podrían reducirse inmediatamente en un 6% anual si sólo una quinta parte de los agricultores de la UE recibiera el apoyo para realizar una transición a cero emisiones netas, lo que supondría un aumento de la salud del suelo y de los ingresos de entre 2.000 y 9.000 millones de euros.
Países, empresas y agricultores están apostando fuerte para liberar este potencial. Aun así, para ampliar sus esfuerzos serán necesarias muchas más alianzas audaces e inteligentes, desbloquear la inversión de capital, adoptar soluciones tecnológicas adecuadas y un liderazgo valiente.
Ante este contexto, líderes del mundo empresarial comparten sus reflexiones sobre cómo las estrategias audaces y las alianzas inclusivas pueden desbloquear capital, tecnología y conocimientos, y la participación para resolver juntos estos problemas.
En resumen, los expertos sostienen que eliminar las emisiones de las granjas es esencial para cumplir con el objetivo de cero emisiones netas. Asimismo, es fundamental romper con los moldes y formar alianzas creativas a largo plazo con proveedores, cooperación precompetitiva con otras empresas, alianzas con gobiernos y organizaciones sin ánimo de lucro para cambiar la velocidad y la escala necesaria para posicionar una agricultura climáticamente inteligente.