Cubrir las demandas alimentarias es uno de los principales desafíos de los sistemas productivos. En Argentina, Agro Sustentable apuesta al uso de insumos naturales y tecnologías para conseguir mejores cultivos.

Liderada por Joaquín Basanta, Agro Sustentable recomienda el uso de bioinsumos y de drones con IA que permitan obtener cultivos más resistentes que permitan elaborar alimentos de calidad.
BIOFERT y BIOINSECT, son los insumos orgánicos que ofrece Agro Sustentable y que permiten el crecimiento de las plantas. Basanta asegura que la aplicación de estos productos y de tecnología como los drones, son los elementos que configuran la agricultura que se viene.
Al mismo tiempo, Basanta considera que es necesario discutir aspectos que permitan convertir los sistemas productivos de distintas regiones en mecanismos productivos amigables con el medio ambiente.
Las tecnologías aplicadas en el campo permiten conectar al productor con las condiciones de sus campos y garantizar la cosecha de cultivos que se puedan convertir en productos que puedan llegar a la mesa del consumidor.
Cultivos urbanos, una estrategia que permite alimentar a la población
La agricultura urbana es una forma de cubrir las demandas de los alimentos. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), hay que avanzar en los alcances y beneficios que este mecanismo productivo puede aportar en el aporte de diferentes alimentos saludables.
Este propósito debe ir acompañado de la educación ciudadana para que las iniciativas sean respetadas y bien recibidas. Algunas regiones que se inclinaron por los procesos de agricultura urbana terminaron fracasando producto de la falta de formación y políticas públicas que acompañen la iniciativa.
Los especialistas sostienen que la falta de fortalecimiento de las comunidades son las que terminan llevando estos proyectos al fracaso, perdiendo la posibilidad de mejorar la calidad nutricional de las personas que residen en ese lugar.
Por lo general, los trabajadores consideran estos mecanismos como una alternativa laboral implementada por el Estado, es por ello que no se sentían identificados con la actividad ni parte de los beneficios que se suscitaban.
En otras regiones, la producción urbana demostró un importante crecimiento, sumando otros aspectos positivos relacionados al cambio en hábitos dentro de los hogares de las personas del lugar. Muchos de ellos, empezaron a tener sus propias huertas con el uso de abonos orgánicos.
La agricultura familiar busca ser promovida desde el valor que tiene dentro del desarrollo social de una región, las condiciones de siembra y cosecha respetuosas con el ambiente, los hábitos alimenticios, la posibilidad concreta de llevar a cabo un trabajo cooperativo dentro de diferentes áreas.
Esta iniciativa supone la aplicación de principios relacionados con una agricultura sostenible que se vea reflejada en el tratamiento de los cultivos y en el resultado obtenido al final del proceso productivo.
Superar el hambre requiere de una transformación de los modelos agrícolas que dominan a la mayoría de las regiones. Para dar el primer paso, es necesario contar con iniciativas que tengan un enfoque ecológico y territorial.
Comprender el contexto productivo integrado por la participación de diversos sectores agrícolas, que requieren ser destacados por el valor que representan en la sociedad, es parte de la construcción de un nuevo mecanismo productivo.
Así como también, apostar a la posibilidad de transformar cada uno de los sectores que están incluidos en el cambio integral. La unificación de criterios y la diversidad productiva, logrará que las personas dispongan de más y mejores alimentos para cumplir con sus dietas diarias.
A nivel global, los objetivos que pretenden un desarrollo sostenible necesitan de la discusión y el debate de diversos factores que permitan conseguir una evolución en términos de nuevos enfoques brinden soluciones para transitar el camino de la sostenibilidad.
La sociedad también requiere asumir el compromiso y la conciencia ante la seguridad alimentaria desde su rol como consumidores y desde ese lugar modificar sus hábitos. Las instituciones, por su parte, precisan asegurar la formación, la investigación científica y tecnológica y la promoción de insumos y procedimientos que colaboren con una producción amigable con el ambiente.
La articulación entre los diferentes sectores sociales y eslabones de la cadena productiva para asumir estos cambios, dará como resultado el esfuerzo integral que necesita la transformación de modelos productivos con historia y arraigo social como es el caso de los mecanismos que suponen el uso de productos contaminantes y el uso intensivo de los recursos naturales.
La presión y exigencia del consumidor, dirige la atención de productores y empresarios a elaborar alimentos que estén a la altura y que generen mayores ventas y ganancias en los mercados.