Referentes productivos se reunieron en una jornada organizada por la Red de Biológicos de Aapresid. Durante el evento, los profesionales pudieron debatir algunas ideas y resaltaron el uso de los insumos naturales en el campo.

La actividad de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa, dio lugar para que expertos pudieran repasar algunas investigaciones y evaluar el comportamiento de estos productos en algunos cultivos determinados.
A partir del intercambio entre productores, especialistas y empresarios, se pudieron poner sobre la mesa los desafíos y la necesidad en torno a la integración de la tecnología y la aplicación de los bioinsumos en el campo.
Las pruebas que se analizaron pertenecen a campos que cuentan con el tratamiento y la plantación de semillas de soja y maíz. A partir de este cultivo, los expertos pudieron reconocer los efectos logrados con el uso de biocontroladores y bioestimulantes.
Los productos son probados en pedazos de tierra que reciben el manejo cotidiano del productor, es decir la variedad de cultivos, la fecha de siembra, la fertilización, el riego, entre otras tareas. Lo que se pretende es observar los efectos de la combinación de estos factores en los rendimientos alcanzados al final del circuito productivo.
Según los participantes, los productos que se probaron tuvieron una respuesta positiva. Muchos de ellos sirvieron para que los suelos puedan retener la humedad y mejorar el uso del agua. Los nutrientes fueron bien recibidos y las plantas recibieron lo que necesitaban para seguir creciendo.
Las respuestas de los cultivos pueden ser muy variadas y también van a depender de otros factores. Por lo general, las plantas responden bien al uso de estos bioinsumos. En comparación con preparaciones químicas, los cultivos suelen crecer más fuerte y su cosecha permite la elaboración de alimentos de mejor calidad que luego son ofrecidos en el mercado.
Los especialistas enfocados en el futuro del campo, le atribuyen un protagonismo relevante a los bioinsumos y a los equipos tecnológicos. La respuesta a los productos biológicos son muy variables, sobre todo comparado con la fertilización química y la combinación de mecanismos nuevos con los tradicionales potencian la idea de un trabajo articulado y complementario.
El comercio de bioinsumos está en expansión. En esa dirección, son cada vez más los productores que se animan al cambio, alentados por los resultados y por las exigencias de los consumidores.
Agro Sustentable es una empresa argentina que hace 10 años se dedica a la producción de estos insumos. BIOINSECT y BIOFERT, forman parte de su línea. Son productos que colaboran con el crecimiento y desarrollo de las plantas y permiten tener una producción más fuerte y de calidad.
La compañía también tiene su blanco en la incorporación de la tecnología en el campo. Los drones con IA son parte de su desarrollo y justamente son ofrecidos para tener una mejor aplicación de los productos mencionados.
La conexión e interacción del productor con su propio campo consigue que pueda saber lo que está pasando con sus cultivos y tomar decisiones en base a los datos que le van llegando.
No hace falta que vaya todos los días y se ponga a mirar las plantas, los equipos digitales cuentan con herramientas que permiten brindarle información sobre el porcentaje de humedad de los suelos, los cambios climáticos y otros datos de interés.
Los drones, además de proporcionar esta información, logran que el producto llegue adonde tenga que llegar. Las zonas críticas o las plantas necesitadas, son detectadas por el equipo y se consigue una aplicación efectiva del insumo. Al mismo tiempo que, al ser aéreo, se puede trabajar en todo los tipos de suelos por más que tengan un difícil acceso.
Capacitación: la asignatura pendiente para integrar la tecnología al campo
La formación y la inversión en nuevos equipos son los pilares necesarios para que esta tecnología forme parte de un establecimiento rural. Ambas van de la mano y es difícil que una sirva sin la otra.
Ocurre que hay muchos agricultores que cuentan con los equipos, pero no los saben usar. Y a la inversa, hay quienes tienen el conocimiento pero no cuentan con el dinero para invertir.
La educación de los agricultores y la ayuda económica para la compra de nueva tecnología, son elementos que tienen que estar en la agenda de las regiones dedicadas a la producción.
Cultivos fuertes y alimentos sanos, serán el resultado de las tareas del agricultor enfocadas en el cuidado ambiental y en la integración de herramientas digitales.